«He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.

»Me llamo Kvothe. Quizás hayas oído hablar de mí.»

«Viajé, amé, perdí, confié y me traicionaron.»

En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe... músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.

Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas...

OPINIÓN

   Aún recuerdo cuando leí este libro hace un par de años. Muchísima gente me lo recomendaba pero el grosor del tomo me echaba para atrás y sobre todo el hecho de que fuera de fantasía épica. Adoro la fantasía, no en vano es mi género favorito, pero nunca he sido fan del género épico como tal porque me cuesta mucho engancharme. Hasta que un día descubrí en el mítico hilo de libros de Alexelcapo y vi que era un enamorado de Sanderson -diréis, Fá, qué narices tiene que ver el rollo que me estás soltando-. Lo dicho, nunca había leído épica y me asustaba enfrentarme directamente a un autor de dicho género, por lo que leyendo comentarios me topé con un chaval que recomendaba este libro como una transición, ya que no es la típica novela de fantasía épica. Con esto me picó la curiosidad y como me tenía que ir de vacaciones de verano fuera de la ciudad a la playa -dato random: odio la playa, el agua salada y salir de la arena como una gamba rebozada-, pues acabé comprándolo. 

La mejor decisión de mi vida. 

   La trama gira en torno a Kvothe, un posadero corrientucho en un pueblo de mala muerte -que no conocen ni en el propio mundo- que un día recibe a un hombre llamado Cronista, quien le pide -ruega- que le cuente su historia. Kvothe accede con la condición de que tardará tres días en contarle su verdadera historia. Y es que resulta que nuestro protagonista es realmente un héroe de leyenda -o tal vez no-.

   El mundo que crea el autor se divide en los Cuatro Rincones de la Civilización: La Mancomunidad, donde se encuentran las principales ciudades en las que se desarrolla la historia -Tarbean, Imre y la Universidad entre otras muchas-; Ceald, territorio de los ceáldicos y cuya lengua es el siaru; El Imperio Atur, donde se encuentra la iglesia de Tehlin; Modeg, donde se situa El Eld y por último, Vintas, que toma más protagonismo en el segundo libro. 

No quiero contar mucho sobre la trama ya que es difícil no soltar spoiler sobre el libro. Además, cuanto menos sepáis del libro, más lo disfrutaréis. 

La historia está narrada en primera persona, por Kvtohe, y se desarrolla intercalándose entre el pasado y el presente, es decir, en el presente Kvothe le cuenta su historia a Cronista mediante flashbacks al pasado -me explico fatal, no me lo tengáis en cuenta-. A pesar de que parezca un poco -bastante- coñazo esa forma de narrar, es, por el contrario, amena y entretenida. Durante el presente, la historia se desarrolla en la taberna de Kvothe, mientras que en el pasado, se desarrolla principalmente en la Universidad.

   En cuanto a la forma de escribir del autor, me ha resultado increíble la forma en que añade los pensamientos de personaje sin que te des cuenta, consiguiendo así un realismo envidiable que logra que te sientas el propio protagonista. No voy a negar que se me hicieron pesadas algunas partes, sobre todo las descripciones de los lugares donde se encontraba Kvothe -tampoco es comparable a las tres o cuatro páginas que usaba Tolkien para describir arbustos- , pero al mismo tiempo admito que han ayudado a la contextualización. 

   Un punto negativo que sí que he de destacar, es que, en este primer libro, se me hizo muy difícil  y pesado ubicarme dentro del mundo. Hay un montón de personajes, diferentes culturas, incluso religiones, por lo que llegó un punto en el que confundía a los atur con los caéldicos y a estos con los de Vintas. Una vez pillas más o menos la distribución, no es tan difícil ubicarte dentro. 

   Pasando a los personajes, como he dicho antes, hay muchísimos personajes por lo que me voy a detener en los principales y los que más han llamado mi atención.

   Kvothe, el protagonista y quien narra la historia, se ha convertido en uno  de mis protagonistas favoritos a nivel genérico. Me resulta un personaje pícaro, astuto e inteligente que hace todo lo posible por sobrevivir. Muchas veces durante la lectura, olvidaba que era un personaje joven -porque tiene nada más y nada menos que diecisiete añitos cuando suceden todos los hechos- ya que trasmite una madurez impropia para su corta edad. Denna es otro personaje que me ha encantado -aunque hay mucha polémica con ella. O la odias o la amas-, independiente y resuelta, definitivamente es un personaje que quiero conocer en más profundidad. Bast, el discípulo de Kvothe, me resulta muy curioso y que esconde más de lo que aparenta. Auri, la pequeña niña que vive oculta en la Universidad, adorable y curiosa -me ha recordado mucho a Luna Lovegood de Harry potter-. Simmon y Wilem, los mejores amigos de Kvothe y alumnos de la Universidad y por supuesto, Ambrose, también alumno en la Universidad y el enemigo de Kvothe, que tiene menos cerebro que un mosquito cojo.

No me he podido reír más con las riñas entre Ambrose y Kvothe. Especialmente cuando Ambrose hacía un movimiento para molestarle y el pelirrojo se reía en su cara y se lo devolvía multiplicado por tres.